En 2015, más de 13.800 embarcaciones atravesaron el estrecho cauce que une el océano Pacífico con el Atlántico, sumando una carga total de 340 millones de toneladas. El canal no solo representa una pieza clave del comercio internacional, sino que también genera ingresos importantes para el país centroamericano. Solo en 2015 se recaudaron cerca de US$2.000 millones en peajes.
Desde que se inauguró en 1914, el canal de Panamá ha sido
profundizado y ensanchado continuamente. La semana pasada, tras 9 años de
obras, se dio por concluida su mayor ampliación a la fecha: el canal recibe un
tercer juego de esclusas que le permitirá duplicar su capacidad de tránsito y
que además abre el camino a buques más grandes con hasta 170.000 toneladas de
carga.
Entrevista con Ilya Espino de Marotta, Vicepresidenta
Ejecutiva de Ingeniería y Administración de Programas de la Autoridad del Canal
de Panamá
El canal de Panamá ofrece un servicio mundial que funciona a las economías latinoamericanas, europeas y asiáticas. Lo que se busca es generar economías de escala a países que utilizan el canal para que las exportaciones e importaciones sean más económicas. El barco más grande que pasaba por el antiguo canal llevaba hasta 5.000 contenedores y el que va a pasar por el canal ampliado llevará de 13.000 a 14.000 contenedores.
Cuando se inició la obra del tercer juego de esclusas, se
contempló la opción de un cuarto juego. Con el tercer juego de esclusas que se
tiene ahora, el 98% de la flota mundial podría pasar por el canal de Panamá.
Sin embargo, hay un dos por ciento que no cabe, lo que aunado a la probabilidad de que a futuro se incrementen las dimensiones de los barcos, deja abiertas las puertas a una siguiente ampliación.
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